Castelo Branco
No se conoce su historia fundación, sólo se sabe que esta región ha sido habitada desde el Paleolítico, debido a restos encontrados en las excavaciones arqueológicas en 2008, lleva a cabo al lado del castillo, con artefactos de la prehistoria y era heredera de un Castro-portugués -romano con el nombre de Castra Leuca.
Después de la reconquista en 1165, D. Afonso Henriques que donó a la Orden del Temple, y más tarde confirmado por D. Sancho I, en 1198, por lo que esta región de Beira fue ascendido a ponerse de pie y línea de defensa contra los ataques. En el siglo XIII, asiste a un documento informar de la donación a los templarios, que representa a un llamado homestead Vila Franca da Cardosa emitido por Fernando Sanches, y en 1214, el rey Alfonso II dona el resto de la finca, por lo que este estaba totalmente en poder de los templarios, se reconoció la donación real por el Papa Inocencio III, cuyo pueblo fortificado y doblado Castelo Blanco.
Con el rápido desarrollo, Castelo Branco ganó importancia, que se celebra en los capítulos del templo, pero con la extinción de la Orden del Temple, su propiedad pasó a la Orden de Cristo, que hizo el elogio este orden extinguido, lo que permite la residencia de los jefes y jurisdicción en otras menciones.
A pesar de la tierra no ser tan generoso, zonas agrícolas eran muy abundantes, pero su fertilidad pecaron con autoridad pesados que los templarios ejercido, al no ser algo atractivo para la fijación de la localidad, por lo que gran parte de la tierra fueron entregados a las órdenes militares que tenía el desarrollo no tan próspero como tierras vecinas, y matanzas aplicadas a sus vecinos, a pesar de la pena impuesta por el rey, que aterrorizó a la vecina ciudad de Covilha.
En el siglo XII, el pueblo de Castelo Branco simplemente se desarrolló dentro de sus paredes, una razón que hizo Dinis, en la campaña de la Reina Santa Isabel, notificar este problema en 1285 y sólo en 1343, con el fin Afonso IV, se ampliaron las paredes. Su expansión y consecuente desarrollo fueron reconocidos por el rey Manuel I, que concedió una nueva carta en 1535 y el reinado de Juan III, Castelo Branco recibe el título de Vila notable, consiguiendo un considerable crecimiento de la población. Este crecimiento también se debe, en Guarda, Castelo Branco y Covilhã, la razón de que Judios sefarditas que huyen de las órdenes de los Reyes Católicos de España, fijando así que en el Beira Interior.
Así que con el desarrollo de las actividades comerciales que venían de la comuna judía, se produce en esta región una expansión económica que a pesar de la expulsión de los Judios de Portugal, en el año 1496, continuó siendo un gran volumen de construcción. En Castelo Branco vio la construcción del convento de agustinos, el capuchino y la iglesia de San Miguel, en la actualidad el castillo blanco Ver. El final del siglo, Nuno de Noronha, Obispo de la Guardia envía el edificio del Palacio Episcopal. Se puede concluir que la presencia judía en la región de Castelo Branco fue muy influyente para el desarrollo de la ciudad, siendo visible en el siglo XVI portado en la zona histórica de su presencia simbólica.